Romería de San Isidro - Goya |
Que estés durmiendo en una planta baja, que la casa tenga dos pisos, que predomine el blanco en las paredes y puertas, que de repente abras un ojo y entre las cortinas veas afuera un montón de gente parada en tu jardín, mirando el frente. Ya es de día. La casa no lleva muralla, todos están a metros de la puerta mirando al techo o a la segunda planta. El día es de luz blanca intensa. Todos llevan una cara de pasmados, preocupados y compungidos. La mirada fija hacia arriba en un solo punto, en silencio profundo.
Te acercás a la puerta, a cada paso dimensionás más la cantidad de gente, estás muy dormido, te cuesta abrir bien los ojos, te intriga la escena, te asusta, es tu segunda planta, duermen seres queridos ahí, flashes de una escena posible te vienen a la cabeza, abrís la mirilla de la puerta, preguntás qué pasa en voz alta.
Decidís despertarte para no saber más y arriba, en la planta de arriba, alguien ha dejado de estar.
2 comentarios:
No sé, al leerlo me dan ganas de que no te hubieses despertado...Saludos
Hola, Vera. Tanto tiempo, la próxima me atrevo un poco más a ver qué hay.
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