jueves, 30 de octubre de 2014

Venus

Venus de Willendorf

   Cada vagón lleva su Venus, imagen de la fertilidad. Todo es redondo en ellas, redondo el rodete, redonda la cara, redonda la cintura, redonda cada línea del cuerpo que sostiene los críos, que da de mamar, que acarrea bolsos y carritos. Redondas se ríen, redondas vociferan y se quejan en cortos y secos ademanes.
   Nada hay de ícono o estático en ellas, hablan, gesticulan, teclean el chat, se expresan en voz alta, casi a los gritos y luego, regañando, pastorean los hijos entre el montón del gentío del tren.
   Vienen, siempre vienen de antes cuando subo, nunca suben después. Cada rincón de tres está lleno de ellas.
   Bajan, cualquiera sea, en la misma estación. De la mano, con bullicio, en pasos circulares, acarreando la prole, ceremoniosas, buscando el hospital.






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